Alzar la voz no es lo mismo que gritar. Decir no, con firmeza y tranquilidad, puede llegar a ser más efectivo que pegar un alarido o una puteada. La descarga sirve sólo para calmar el ánimo temporalmente.
En Argentina, en estos días, ver las noticias o leer el diario se ha vuelto un peso para muchas y muchos.
Esta semana nos enteramos que el verano traerá cambios “calientes” en lo político, con un Parlamento que cada vez más apoya las medidas del gobierno de Milei.
La reforma laboral, los cambios en la Ley de Educación son dos ejemplos de reformas que nos van a cambiar la vida a quienes vivimos siempre de un salario, una jubilación o un pequeño emprendimiento. Porque si ya era difícil llegar a fin de mes, poder tomarte vacaciones, pagar los remedios, te aseguro que todo se va a complicar más. Cada vez estamos más solos y menos conectados (paradójicamente), más chupados por el mandato de que hay que hacer cosas «productivas» y menos abiertos a pensar creativamente cualquier intento colectivo.
¿Y qué se puede hacer? ¿Quedarse con la queja? ¿Putear contra la tele?
Este es un llamado a actuar y alzar las voces. Cada uno y cada una desde su lugar del trabajo.
Los periodistas, como nosotros, desde la palabra.
La palabra es un arma muy importante. Y este gobierno libertario lo sabe más que nadie. Por eso pasó de tener un medio de comunicación (La Derecha Diario) a tener una veintena de canales de streaming adeptos. Por eso tiene escuadrones de soldados digitales en las redes, por eso va a ir por todo con la reforma educativa, para influir en la cabeza de las pibas y los pibes y hacerlos individualistas, competitivos, paradójicamente esclavos de la libertad del mercado.
En nombre de la libertad real, la que supimos tener cuando protestamos, cuando luchamos por nuestras ideas, cuando participamos políticamente, en la cooperadora de la escuela o los grupos de vecinos, cuando defendemos lo que queremos. En nombre de esa libertad: Alcemos la voz. No nos prestemos a quedarnos pasivos ante la desinformación, la manipulación de los datos, los discursos llenos de consignas y vacíos de contenido, la falta de contenido de los mensajes que reproducimos porque nos gusta la foto o el video colorido.
Vayamos por lo esencial, por lo que somos cada una y cada uno.
El fin de año se acerca. Este grupo de idealistas hacemos La comunicación hace CLIC y quien escribe, como editora de este espacio, puede asegurarles que no estamos repletos de dinero con la edición de este medio digital, pero tenemos la convicción de que es necesario. Pueden hacernos llegar su reclamo, cuando registren desinformación, manipulación, informaciones parciales, falta de respeto a la privacidad de las personas y cuando no se tengan en cuenta los derechos que tenemos como audiencias.
Acompáñennos. Usennos. Recomiéndannos. Integren la comunicada CLIC.
No me da vergüenza pedir apoyo para llevar adelante un proyecto en el que creo. Porque de eso se trata alzar la voz, sin gritar.

