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    Las carreras de comunicación ante el desafío tecnológico

    La formación en comunicación y periodismo debe trabajar para actualizarse contínuamente respecto del avance de las tecnologías que impactan en esas actividades y en la sociedad en su conjunto, expresó el flamante presidente de la Red de Carreras de Comunicación Social (RedCom), Daniel Escribano, de la Universidad de Avellaneda.

    Las y los docentes necesitan especializarse sobre estas herramientas y también interactuar con el alumnado para que aporte sus conocimientos, agregó Escribano, quien fue elegido al frente de la RedCom durante el congreso nacional de la institución realizado a fines de septiembre en la Universidad Nacional de Moreno, provincia de Buenos Aires.

    En un diálogo con CLIC, Escribano abogó también por la recuperación de la honestidad en el tratamiento de la información, con la verificación de fuentes que establecen las reglas básicas del oficio. Asimismo, dijo que la situación socioeconómica está afectando la asistencia de las y los alumnos a las clases.

    Destacó programas de apoyo a estudiantes para mantenerse en cursada y graduarse que las universidades tienen, pero advirtió que el desfinanciamiento que afrontan las casas de estudios condiciona fuertemente su aplicación.

    ENTREVISTA A DANIEL ESCRIBANO

    Lo que sigue es el diálogo que Escribano, decano del Departamento de Comunicación y Tecnologías de la Información de la Universidad de Avellaneda, mantuvo con CLIC apenas fue elegido por la asamblea de RedCom en Moreno.

    -CLIC. ¿Cómo trabaja la teoría de la comunicación ante la velocidad de las tecnologías? ¿Cómo el campo teórico afronta esa velocidad, qué se puede hacer o qué se está haciendo?

    -Daniel Escribano. Lo que trabajamos fundamentalmente en las carreras de comunicación y periodismo de las universidades nacionales es tratar de encontrar resquicios para no perder esa carrera, para tratar de articular ambas cosas, porque a veces una le saca mucha distancia a otra. Lo que pasa es que hay muchos programas que están muy cristalizados. Los programas de las asignaturas y de las carreras no se pueden cambiar, o es algo muy complicada para muchas universidades. A la UBA le pasó, que estuvo muchos años sin poder mover eso. Pero hay muchas universidades como la nuestra, la Universidad Nacional de Avellaneda, que nacimos con carreras y con desarrollos curriculares mucho más flexibles. Entonces tenemos espacios, que comúnmente los podemos definir como materias optativas, que las podemos cambiar todo el tiempo y crear nuevas. Entonces, por ejemplo, en Avellaneda, el primer cuatrimestre de este año tuvimos materias como periodismo e inteligencia artificial y periodismo de datos. Empezamos a incorporar cosas, dentro de lo que es la profesión, para no quedarnos detrás de los desarrollos nuevos de la tecnología y anclados en concepciones teóricas que van perdiendo cierta vigencia. Eso es algo que está ocurriendo. A algunas universidades se les hace más fácil, a otras se les complica, pero hay algunas oportunidades con la inserción de este método de los créditos universitarios, hay muchos planes de estudios que van a tener que ser reformados. Entonces, ahí está la posibilidad de adaptar la formación de los estudiantes con la evolución de la tecnología. Para que el desarrollo tecnológico no supere y no quede fuera de lo que es el desarrollo curricular.

    -CLIC. Tomando en cuenta la función que ahora asume, al frente de la Red de Carreras de Comunicación, ¿se puede suponer que las carreras más jóvenes pueden ayudar a las más tradicionales a esta actualización? ¿Habrá una aceptación de eso?

    -D.E. Las universidades nuevas podemos mostrar algunos resultados, pero lo que pasa es que los procedimientos institucionales de las universidades más grandes, más importantes, son muy difíciles. No van a tener la posibilidad, como la tienen las universidades más nuevas, donde quizás hay menos disputas en los consejos departamentarles, en los consejos superiores, con las secretarías. Son escenarios totalmente diferentes. Pero de todas maneras lo están haciendo, o están tratando de hacerlo. La UBA lo está haciendo, y la mayoría de las universidades tradicionales, como La Plata, Córdoba, también están trabajando en eso.

    -CLIC. Desde el punto de vista docente, qué descripción general se puede hacer del alumnado que están recibiendo las universidades, que ya nació con la tecnología impuesta en la mano. ¿Qué desafíos plantea eso, qué hay que combatir, qué problemas observa?

    -D.E. El gran problema no lo tienen los estudiantes, lo tienen los docentes, porque se encuentran con un escenario muy particular, en muchos casos ante métodos y procedimientos que desconocen, porque no son nativos digitales. Entonces, los estudiantes están mucho más avanzados en el conocimiento de las herramientas digitales. Ahora el desafío está en los docentes, ponerse a estudiar, a perfeccionarse, a actualizarse, para tratar de dominar esas herramientas. Está pasando, también. Y con respecto a los estudiantes, también tienen algunas dificultades serias. Por ejemplo, en las universidades del conurbano se nota mucho que los estudiantes tienen más dificultades para asistir a la universidad. Los problemas socioeconómicos se ven en el aula todo el tiempo. La deserción no está explotando, pero se mantiene o crece un poco. Sí hay un buen dato, que es que la matriculación no baja, se mantiene o sube. Los planes que tenemos que desarrollar cada vez más son el ingreso y la permanencia, y el egreso también, que puedan recibirse. Y se está trabajando, hay muchos planes para eso, pero el desfinanciamiento que sufren las universidades hoy en día hace que esos programas sean cada vez más difíciles de implementar, porque incluyen dedicar carga docente, gente que se dedique a eso.

    -CLIC. Sobre la digitalización, y respecto de la necesidad que marcaba de que los docentes cuenten con más conocimientos, ¿es una necesidad solo instrumental o abarca también la comprensión de la lógica de funcionamiento de las plataformas y redes?

    -D.E. Yo soy decano de una facultad y soy periodista de toda la vida, y hay muchas cosas que las resuelvo consultando a los propios estudiantes. No hay por qué negarlo. Y también estoy tratando de perfeccionarme, haciendo cursos sobre redes, algoritmos, dispositivos nuevos, para conocer las plataformas y cómo operan. Todo eso para estar en dominio de ciertas herramientas que son parte del ecosistema. Por otra parte, entendemos que los chicos tienen un bajo registro de muchas cosas, de lo que significa la mochila cultural que debe tener todo estudiante universitario, la historia no tan reciente de nuestro país, los fenómenos sociales, las cuestiones de la política. Los vemos un poco faltos de una base, y hay que trabajar mucho.

    -CLIC. ¿Se nota si la diversidad de instrumentos y de conectividad, lo que llamamos brecha digital o consideramos una parte de la brecha digital, afecta el desempeño académico del alumnado?

    -D.E. Ese problema existe, obviamente, no lo voy a negar, pero los chicos de alguna manera se dan maña o encuentran nodos digitales donde pueden acceder libremente a internet, o la propia universidad tiene algunos laboratorios y dispositivos en los que pueden trabajar y acceder a internet. Hay diferencias, obviamente, pero me parece que se está subsanando con la presencia del Estado, instalando lugares de acceso gratuito a internet, como sucede en Avellaneda, donde hay muchos puntos de acceso.

    -CLIC. Hay un discurso del poder político, incluso a escala internacional, con exacerbación, con agresividad, y acaso se va naturalizando en el cuerpo social una forma de expresión con esos rasgos, con esa carga. ¿Cómo se propone una comunicación respetuosa y responsable si llegan camadas de estudiantes que están recibiendo y viendo eso todo el día, ya naturalizado?

    -D.E. Eso lo estamos trabajando. Personalmente, estoy escribiendo, cada vez que puedo y si el tiempo me lo permite, sobre un tema que me obsesiona: Tenemos que recuperar, es indispensable recuperar la honestidad en el tratamiento de la información. Sí, es muy romántico, muy utópico. Pero yo estudié en los 80 en la Universidad de Lomas, donde me recibí de periodista, y tenía docentes que me exigían: tres fuentes, chequeadas, cotejadas, contrastadas. Eso es el periodismo, salir a buscar la información. Y hoy eso no existe. La noticia está convertida en un hecho menor, el valor de verdad se perdió. A nadie le importa la verdad, el tema del sesgo de confirmación es la única razón de la preparación de los contenidos noticiosos de las grandes corporaciones.

    -CLIC. En términos muy generales, ¿qué se imagina para esta gestión, qué propósitos puede enunciar?

    -D.E. Vamos a trabajar mucho. Estamos pensando en articulaciones con la Red Nacional Audiovisual Universitaria y con ARUNA, que es la red de radios universitarias, porque entre las dos conforman la red de medios más importante de la Argentina, ya que están en 50 universidades. Vamos a trabajar mucho en la producción de contenidos para mostrar a la RedCom a la sociedad. También pensamos en foros regionales, porque nos encontramos solamente una vez al año en los congresos. Entonces pensamos en encontrarnos en regiones, y así atender las características de cada una de ellas. Y vamos a empezar a tener vinculaciones con asociaciones de carreras de otros países, de América Latina fundamentalmente, para buscar acuerdos de movilidad docente y estudiantil, y trabajos de investigación conjuntos. Vamos a trabajar en común con toda la comisión directiva y asumo esta responsabilidad gracias a la decisión conjunta de las 39 universidades.

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